La niebla cubría el paisaje dándole un aspecto místico y
misterioso…recuerdo aquella pequeña ermita, nos concedimos un pequeño descanso para
reponer fuerzas, fruta y agua fresca fue todo lo que nos permitimos. Aun
restaba mucho camino hasta alcanzar la cima y llegar A Fonsagrada, y aunque
pueda parecer paradójico, disfrutando cada metro de sufrimiento… viajar conmigo
mismo y mis pensamientos, lo echo de menos.
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